jueves, 10 de abril de 2008

Las claves para viajar sin riesgos

¡Enhorabuena! Después de mucho discutir con tu jefe has conseguido los días de vacaciones que deseabas, y muy pronto tendrás la fortuna de cambiar asfalto y aire acondicionado por arena de playa y raciones de sol. Ahora bien, para que todo sea perfecto, y porque queremos que llegues sano y salvo a tu destino, te proponemos unas sencillas recomendaciones que afectan tanto a la elección del día y hora de salida como a la preparación por la que tú y tu vehículo debéis pasar antes de partir.
Antes que nada dedica una dosis de tiempo y de dinero a tu coche y llévalo a un taller para que le hagan una revisión. No importa que tenga poco tiempo o que funcione perfectamente; lo esencial es que como toda máquina puede fallar, y que con un pequeño y barato examen ofrecerá la seguridad que tú y los tuyos necesitáis. Lo más conveniente es solicitar una comprobación de amortiguación, dirección, frenos, iluminación, alimentación, correas y sistema de refrigeración. Pero eso sí, ¡recuerda no dejarlo para el final!, porque el exceso de trabajo en los talleres por estas fechas puede hacer que vuelvas a casa con un "vuelva usted mañana" por respuesta.
La utilidad del libro de mantenimiento Tras la visita al taller, es aconsejable que compruebes personalmente el epígrafe "entretenimiento" del libro de mantenimiento del vehículo. ¿Que la mecánica no es tu fuerte? No te preocupes; una vez que hayas perdido el miedo a mancharte verás como todo es facilísimo gracias a unas explicaciones casi siempre claras y poyadas con ilustraciones. Uno de los elementos a los que siempre se hace referencia son los neumáticos (ver cuadro adjunto), que además de llevar la presión recomendada deben presentar un dibujo adecuado. También es aconsejable que limpies las bujías -recuerda que los Diesel no llevan- para que no hagan "perla" (se engrasen), y que de paso compruebes los niveles del líquido de frenos y del limpiaparabrisas.
Ahora que tu coche está listo es el momento de prestar atención al itinerario. Lo más probable es que con tantas ganas de abandonar la urbe ya lo tengas más que previsto, pero nunca está de más que pienses en una vía alternativa por si una obra o accidente ralentiza el tráfico u obliga a cortar la carretera. Para ello puedes acceder a la información de tráfico a través de ya.com, la Dirección General de Tráfico (DGT) por medio de su teléfono o su página web, el teletexto de TVE o la clásica guía de carreteras, que por cierto siempre debes llevar en la guantera.
Después elige con cuidado la fecha de salida con el objetivo de evitar los días 1, 15 y 31 de julio y agosto, en los que el número de desplazamientos puede alcanzar la mareante cifra de ¡tres millones! Si aún así te decantas por alguna de estas fechas, sal por la tarde cuando viajes hacia el oeste, por la mañana si pones rumbo al este y procura eludir siempre las horas de más sol, sobre todo si tu coche carece de aire acondicionado.
Descansa y toma alimentos ligeros Para evitar estos inconvenientes, que en ocasiones acaban poniendo nervioso al conductor más templado, también puedes optar por viajar de noche. Ahora bien, no olvides "equipar" antes tu estómago con una buena dosis de café y disponte a circular a menor velocidad si no quieres que la fatiga y la somnolencia mermen tu capacidad de atención y reflejos. Por cierto, descansar cada dos horas es lo más recomendable para no cansarse en exceso.
La noche anterior a la esperada salida dedícate un poquito de atención y procura descansar y relajarte lo suficiente. Te aseguramos que el beneficioso resultado lo notarás al día siguiente, cuando te encuentres en mejor estado físico y anímico para afrontar el viaje. Si aún así notas que no has dormido lo necesario demuestra tu sensatez dejando que conduzca un acompañante, algo que también debes hacer en caso de que padezcas una incapacidad temporal -fracturas, esguinces, pérdidas auditivas o de visión, etc- o estés embarazada en avanzado estado de gestación.
Al levantarte no dejes que la casualidad elija tu vestuario. Lo mejor es siempre llevar unos pantalones cortos que no opriman la zona abdominal y una camiseta amplia para tener una mejor libertad de movimientos. Tampoco te olvides de calzarte unos zapatos o sandalias ligeras con suela de goma -olvídate de las botas, los zapatos de tacón o las zapatillas de deporte-, ni de coger una gorra con visera para evitar cegamientos por el sol.
En la comida previa, olvídate de los grandes "homenajes alimenticios" y haz una ingestión ligera, carente de productos salados o flatulentos y complementada con agua, infusiones con azúcar, refrescos sin gas o zumos naturales, ¡nunca alcohol! Si piensas que puedes pasar hambre en mitad del trayecto recurre a galletas, frutos secos, yogur o frutas, pero recuerda antes hacer una parada en una estación de servicio o un área de descanso para evitar distracciones al volante.
Lo que nunca debes olvidarte Con el equipaje ya en la puerta es el momento de hacer memoria de los objetos personales que por nada del mundo te puedes olvidar: gafas de sol y graduadas -si las necesitas-, carnés de identidad y de conducir, teléfono móvil, pasaporte si sales fuera de la Unión Europea y tarjetas de crédito para hacer frente a cualquier gasto imprevisto. Aprovecha la ocasión y comprueba que en el coche llevas también la tarjeta del vehículo, el número del ayuntamiento y el recibo del seguro, éstos dos últimos al corriente de pago. La ley obliga a que lleves un par de triángulos de señalización de peligro y un juego de bombillas de recambio, algo muy recomendable sobre todo si se acompaña con una buena caja de herramientas.
Ya sólo queda cargar el coche, pero no de cualquier manera. Piensa que cualquier objeto voluminoso colocado dentro del habitáculo resta visibilidad, y que en caso de accidente puede convertirse en un arma arrojadiza de efecto mortal. Cuando te falte espacio en el maletero lo mejor es que recurras a un remolque, un cofre para el techo o una simple baca, en la que deberás poner extremo cuidado en atar de forma conveniente todos los bultos. Una vez cargado todo el equipaje, ¡a disfrutar!, pero acuérdate de hacer una parada cada 150 ó 200 kilómetros antes de llegar a tu destino si quieres estirar los músculos y distraer la mente.